viernes, 11 de octubre de 2013

LAS BURGAS




Una escena que se repite a lo largo del año, más frecuente en verano, es contemplar a un visitante primerizo de nuestra ciudad acercar la mano al agua que mana de una fuente para comprobar su temperatura y, rápidamente, retirarla sorprendido e irritado  (a veces se escuchan exabruptos en multitud de idiomas), pues sobre su piel comprueba que el agua esta casi hirviendo: son las Burgas de Ourense.

 
Declaradas Bien de Interés Cultural en 2007, las Burgas, en pleno casco histórico, es uno de los lugares más emblemáticos de Ourense "A Cidade das Burgas"; tres manantiales minero-medicinales de gran caudal que durante siglos atrajeron visitantes de los castros vecinos hasta dar lugar a un primitivo asentamiento, permanente en época romana, germen de lo que será el Ourense moderno.
 

Respecto al origen de los manantiales de agua caliente, más allá de las leyendas, las aguas de los ríos y las lluvias se filtran desde la superficie ayudadas por las fallas que atraviesan Ourense y por la gran depresión del Miño, alcanzando grandes profundidades en torno a los 2,5 km. En estas capas la temperatura es muy alta, pudiendo superar los 100º y haciendo que las aguas filtradas entren en ebullición y suban de nuevo en forma gasificada. Dependiendo de lo que se encuentren en su subida, la temperatura será mayor o menor, descendiendo en este caso hasta menos de 70º y convirtiéndose de nuevo en estado líquido, dando origen al manantial.


Tradicionalmente, el complejo de las Burgas constaba de tres fuentes; la de Arriba, la del Medio, y la de Abajo. La más popular, la Burga de Abajo, símbolo de la ciudad, es una fuente de tres caños del siglo XIX de estilo neoclásico diseñada por el arquitecto Trillo. De ella mana continuamente (más de 300 litros por minuto), un agua minero medicinal a una temperatura de 67ºC, recomendada para problemas de piel, reuma y artritis, y no para dejar la mano durante mucho tiempo. A la derecha, en un pequeño estanque enrejado, podemos ver brotar las aguas in situ. Los gases que desprenden crean unas burbujas por lo que la tradición creyó que el agua hervía en este sitio, y de ahí la denominación popular de Fervedoiro.
 

La  Burga de Arriba, es de traza sencilla y más pequeña, datada en la segunda mitad del siglo XVII. La desaparecida “Burga do Medio”, antaño lugar de curtidores y lavanderas, se ha convertido en la actualidad en una piscina gratuita al aire libre. Es la primera zona de baños termales en pleno Casco Histórico: una piscina termal al aire libre de más de 200 metros cuadrados, indicada para afecciones dermatológicas y del aparato locomotor.

 
Arropando la Burga de Abajo se ubica un jardín, diseño del año 1914: figuras en setos rodeadas por muretes y entre las que se encuentra el escudo de la ciudad, visible desde Puente Murallón.

 A su vez, las fuentes y  estación termal de las Burgas se insertan en un mismo espacio junto al “Centro de Interpretación de las Burgas”, Museo y Áreas Arqueológicas, configurando un lugar único y  privilegiado para su uso y disfrute en el corazón de la Ourense; para comprender porqué nuestra ciudad ostenta el título de Capital Termal de Galicia.
 

 
Y ya sabéis, no os podéis ir de Ourense sin tocar el agua de las Burgas, pero debéis hacerlo con precaución y lo más deprisa que podáis.
 
 


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